
Un comunicado de prensa publicado en la página web del gobierno español revela que los miembros del grupo provienen de siete países diferentes, pero que residen en España. El anillo de clonacion de tarjetas de crédito usaba sociedades ficticias creadas en España y Venezuela para blanquear el dinero robado. El líder del grupo lo coordinaba todo, pero casi nunca manejó ni una sola tarjeta clonada ni el equipo de clonación o los datos robados.
Durante diez años el ha estado recibiendo la mayor parte de los ingresos y vivía una vida de lujo, sin tener que trabajar. Muchos de los otros miembros eran empleados de una empresa de paquetería propiedad de segundo cabecilla de la banda al mando del grupo, y los recursos de esta empresa también fueron utilizados para ayudar a la banda en sus operaciones ilegales, con las tarjetas de crédito.

Otro método de explotación de los datos de las tarjetas de crédito era vender recargas de tarjetas de crédito a otras personas. Esta operación se llevaba a cabo por lo general con la entrega de una tarjeta, que tenia todo lo necesario en su interior para permitir el fraude. El cliente pagaba una suma en efectivo y obtenía una tarjeta de crédito falsa con el doble de cantidad de saldo bancario. La Policía Nacional allanó doce de escondites del grupo en Madrid, desde donde se recuperaron varias dispositivos de lectura y escritura de tarjetas, equipos electrónicos, tarjetas clonadas sesenta, un rifle con municiones, joyas, coches de lujo y hasta una placa de policía. Esta operación sigue aun en marcha junto con el desmantelamiento de otra gran red internacional de tarjetas de clonación el mes pasado, lo que resultó en 76 arrestos realizados en España.